
Llegamos a una nueva lección básica sobre el suelo compactado. Ya hablamos del suelo como material de construcción de carreteras, de los tipos de suelo usados para construir, y de las propiedades básicas del material de suelo… Es turno de hablar del proceso constructivo del material de suelo.
Una vez que están definidas las especificaciones geométricas y de cantidad y calidad de los materiales del proyecto, se procede a la construcción de la obra de tierra.
Lo primero es estudiar el proyecto ejecutivo, desde el diseño de la estructura del pavimento, el catálogo de conceptos, el plano, y pedir al topógrafo que replantee el proyecto en sitio, para definir las áreas de corte y las de relleno, y marcar los cadenamientos.



El siguiente paso es llevar al laboratorio muestras representativas de los materiales de suelo a usar, para evaluar su calidad y obtener las referencias de compactación, como el Proctor (cono y arena y densímetros) y módulo objetivo (LWD).


El siguiente paso es comenzar a acarrear los materiales al área de construcción desde los bancos. Esta es una labor que toma tiempo y un desembolso económico, por lo que lo más aconsejable es tenerla programada, así como toda la obra.

Desde luego que hay que acondicionar el material de suelo intimándolo con agua hasta alcanzar la humedad deseada para compactar.
La motoniveladora tiene el trabajo de ir mezclando y homogeneizando el agua con el material. Este trabajo puede durar hasta media jornada, y hasta más en suelos cohesivos, dependiendo también del volumen a manejar para el tramo en construcción.
Hay medir la humedad del suelo acondicionamiento, ya sea con higrómetro (“Speedy”), o con balanza térmica portátil. Recuerden que debemos andar cerca de la humedad óptima del suelo; y en lugares de alta desecación y viento, un poco más alto. No medir humedad es andar a la ciega.


Una vez que queda acondicionado el material de suelo, el cargador frontal rellena camiones volteo para su transporte al tramo en construcción, mismo que queda dispuesto en camellones, y es extendido por la motoniveladora al espesor de capa deseado.




Posteriormente a esto viene la compactación del suelo, según el patrón preestablecido. Dependiendo de las mediciones de humedad, puede que convenga re humedecer el material de suelo. Es una sana práctica de medir humedad para verificar el punto de agua y la homogeneidad.




La verificación del grado de compactación es la etapa siguiente. Siempre se prefiere emplear muestreos aleatorios. Se pueden hacer calas para cono y arena, tomas con densímetro, o más modernamente con deflectómetro de impacto ligero (LWD).



Afine: Luego de la compactación, la cuadrilla de topografía coloca en el tramo marcadores de nivel con indicadores de corte o relleno, según el caso, a fin de que el operador de la motoniveladora pueda dar los últimos cortes y compensaciones para tener la capa a nivel.




¡Y, voilà! Quedamos listos para construir una nueva capa. Recordemos los controles esenciales: topografía (para saber si estamos construyendo el proyecto y sus cantidades), y humedad y grado de compactación (para saber si estamos compactando los materiales apropiadamente).



¡Nos vemos en la próxima lección!
Artículo por: Freddy Sánchez-Leal se encarga del departamento de investigación y desarrollo de COMPAVSA; Maestro en ingeniería civil por la UNAM, consultor geotécnico e investigador especializado en geomateriales para carreteras